jueves, 12 de agosto de 2010

Otras opiniones

Hemos conocido a dos chicas madrilenas, que al igual que nosotros han decidido quedarse en Leh.Estan cooperando en las ayudas y les hemos dado la opcion de escribir su version en nuestro Blogg:

Tambien lo podeis ver publicado en www.elrincondepaula.com

Tras varios días atrapadas en la carretera entre Srinagar y Leh, Rebeca y yo por fin llegamos a Leh. El último día tuvimos que caminar por puertos, viajar en camiones de ejército, cruzar ríos cuyos puentes se habían caído unos días antes… En fin, toda una odisea.
No sabíamos qué íbamos a encontrar, sólo teníamos información parcial del desastre, del día en que el cielo cayó sobre la ciudad arrasando todo lo que encontró por su camino: personas, casas, coches… Habíamos oído todo tipo de cifras, 100 muertos, 1000… cualquier cosa. Lo que sí sabíamos es que el panorama sería desolador.
Para nuestra sorpresa, lo ha sido en unos aspectos y en otros ha sido todo un regalo. Leh es un lugar extraordinario y nos gustaría compartir lo que nos ha ocurrido desde que hemos llegado, la gente tan impresionante que hemos conocido y la lección de vida y superación que esta tragedia supone.
No dejan de impresionarnos las constantes muestras de solidaridad de los muchísimos extranjeros que han decidido remangarse y ayudar. Y, todavía más, la gente de aquí que, aun sin saber el recuento de muertos, sin entender del todo lo que ha pasado ni cómo salir de esta situación, no dejan de sonreír de una manera que te alegra el corazón.
Estamos todos unidos por una tragedia, la hemos vivido todo juntos, cada uno en una medida diferente, pero existe una sensación colectiva de unidad.
Hay tanto que se puede hacer aquí. Ahora mismo y en el largo plazo.
Ayer estuvimos visitando los restos de casas destruidas, la gente que está en los campos de refugiados en improvisadas tiendas de campaña, y nos invadía una mezcla de sensaciones muy fuertes: la impotencia ante una destrucción tan brutal, las ganas de compartir y de ayudar, la duda de qué podemos hacer…
Aunque no lo parezca, hay tanto que se puede hacer. Nuestros amigos montañeros vascos lo han tenido muy claro desde el principio. Pico y pala y a desenterrar. No ha debido de ser nada fácil, no sólo por el esfuerzo físico sino por saber que, bajo nuestros pies, hay mucha gente que fue arrastrada por el lodo.
Nosotras decidimos ayudar a recaudar medicamentos de la gente que se marcha de Leh, ropa, lo que sea. Vamos a visitar a la gente en los campamentos, en sus casas destruidas… No sabríamos describir la sensación de tener enfrente a alguien que dos días antes dormía plácidamente en su casa y ahora depende del ejército para comer y dormir. Es impresionante compartir ese dolor, abrazar a alguien que te cuenta su historia entre lágrimas, intentar ser el consuelo de quien mira a su casa arrasada.
Nos hemos propuesto contar la historia de esta gente a todo el que la quiera escuchar. Hoy día Leh es una ciudad en shock. Uno de los mayores tesoros de la India golpeado sin piedad por un desastre natural. Pero el verdadero desastre sería si todos miráramos para otro lado en cuanto pasara de moda el tema, si diéramos la espalda al lugar donde hemos sido tratadas como si fuéramos de la propia familia.
Para un pueblo que vive del turismo, esta catástrofe en plena temporada alta, que apenas dura 4-5 meses, es una condena a la crisis que se avecina en el invierno. Con la mitad de la ciudad por reconstruir y sin ingresos debido a la huida del turismo, qué esperanza pueden tener?
No queremos abandonar, no queremos olvidar, no queremos dejar de compartir lo que estamos viviendo. Ojalá desde aquí podamos aportar nuestro granito de arena. Sin duda, ellos harían lo mismo o más por nosotros si la historia hubiera sido la inversa.

1 comentario:

  1. Muy buen trabajo Chicas!!
    Continuar así!!
    Un abrazo desde Bilbao.
    Patirke e Iratxe

    ResponderEliminar